Negro

Negro aceituna, negro nos abruma porque todo es absurdo en esta tierra en penumbra. Los ángeles ya no cantan, temen que el rey de luna los destierre de nuevo en el abismo sin ruta. No hay reglas en días y noches, se dice que no importa. Si Pedro duerme y ronca, no habrá ojos embriagados de tristeza. Se dice del amor en ayunas. Un sentimiento hecho mito para las personas que rezan desde las alcantarillas. No conocen su sabor, el aroma o el color. Sólo existe la leyenda de que alguna vez existió. Los religiosos lo susurran, los filósofos lo especulan y los científicos, sin duda alguna, ya han cavado una tumba. Los jóvenes no opinan, no saben lo que fue y si algún día será; si pronto o nunca volverá. Ya no existe la tristeza, ni yo sé si las lágrimas caminan, si aún se atreven a vagar en el mapa de nuestra mirada. ¡Oh! Lágrimas. Es...