Carta a un viejo amor

¿Recuerdas las veces en las que platicábamos hasta tarde? Esas veces en las que nos la pasábamos planeando nuestro futuro. Tú querías tener hijos conmigo a pesar de saber que a nuestra edad eso es un sacrilegio que se apuntaba con todos los dedos. Estábamos tan enamorados que no nos importó hablar también de cómo sería nuestra casa y qué hacer si nos llegáramos a pelear. 
Nadie se atrevió a decirnos que eso puede cambiar a lo largo del tiempo, que bien esas mismas promesas se pueden hacer a cualquier otra persona si es que se ha merecido un lugar entre nuestros suspiros. 
Porque mientras más relaciones y heridas grandes se tiene, más difícil es encontrar un espacio en el corazón de alguien ya que los huecos no podrán ser reparados. Cada uno de los errores se funden en nuestro ser y se convierten en parte de nuestra personalidad, como aquella mujer que fue golpeada y rehabilitada, ahora desconfía en hombres de buen semblante y prefiere no meter en su vida a otro misogino puritano. Esos huecos de los que estoy hablando, son más que fantasmas de malos pasos entre nosotros y que me han hecho cambiar en algunos aspectos. 
Por ejemplo, ya no me gusta el helado de vainilla porque decías que era tu favorito, y porque me hiciste comerlo durante casi tres años sin falta; terminé por odiarlo. O también está el hecho de que ya no puedo habar de mitología porque habías comparado nuestra mala relación con personajes narcisistas y bélicos sin corazón. Ya no confiaba en los hombres que llegaban a hablarme directamente sobre sus sentimientos hacia mí, no existía nadie más que pudiera entender y quererme como tú lo habías hecho. Aún hoy, no acepto los halagos o la mayoría de las muestras de cariño de los que me rodean, como si debajo de la sonrisa guardaran cuchillos y pistolas, listos para disparar lo que en verdad piensan; así como lo hiciste tú en algún momento.


¿Recuerdas cuando aprendimos a decirnos "Te amo" con otras palabras? Cuando estábamos pendientes de lo que hacía el otro, si le había ido bien en su día, si se sentía mal o también le recordamos cada vez que podíamos sobre nuestros sueños. 
En algún punto pensé que era una hipócrita o que trataba de reemplazarte con alguien más al notar que estaba repitiendo las mismas cosas que hacía contigo. Pero, ese no era el caso. La persona que está a mi lado se ha ganado y me ha robado tanto de mí que no pienso en tu nombre cada vez que me dice de la misma manera que tú lo hacías. 
He avanzado y te he dejado al fin atrás. 
Pero no te mentiré, a veces volteo la mirada para asegurarme de que tú también estás caminando hacia otra dirección, porque a pesar de las malas situaciones y amargos recuerdos, eras mi mejor amigo y fuiste mi primer amor. Nunca te he deseado la mala fortuna, al contrario. 


¿Recuerdas también cuando nos peleamos por última vez? Cómo vimos caer nuestros años juntos ante nuestros ojos por unas simple verdades. Como es que la confusión y el orgullo nos hizo desconocidos por meses hasta que uno de nosotros se atrevió a romper nuestra muralla para llegar con la bandera de la paz y decir "Sólo amigos". Después de eso, vimos que tampoco funcionaba así que decidimos cambiar la palabra a sólo "conocidos". 
Es por eso que hoy te escribo a ti, pensando en cómo las cosas cambian con la persona indicada. 
Espero que la encuentres, al igual que yo o quizá ya lo hayas hecho. Y me alegro mucho por ti, así como me alegro por mi. 
Lo que ahora estoy pensando es que es divertido cómo es que la vida nos engaña con sus propios piropos y seducciones que cuando se cansa de nosotros, nos vemos envueltos en telarañas de recuerdos que nos impide avanzar. 
Soy muy feliz al saber que he encontrado mi camino sin ninguna de esas cosas (telarañas o piropos de la vida), por primera vez siento que sólo la escucho para darme consejos mientras yo me dirijo hacia donde presiento que es lo que en verdad quiero. 
Y entre las cosas que quiero es que tu olvido sea definitivo. No por rencores o sentimientos heridos, sino porque he pensado también en caminar sin cadenas del pasado. Cómo me gustaría que existiera la posibilidad de olvidar hasta tu nombre, pero no, sé que en algún momento te recordaré y cuando lo haga espero poder sonreír y decir: 

"Fue un viejo amor"   

Comentarios

Entradas populares de este blog

Amor a distancia (Obra de teatro)

La chica de la ventana

El calendario (Poema)