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Mostrando entradas de 2016

Hacer como si nada hasta producir nada

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"La indiferencia ante la matanza en masa fue una novedad de la historia del siglo XX. Una tríada de "como si", plenos de consecuencias, la especifican: 'como si no viera', 'como si no escuchara', 'como si no existiera'... De allí, emerge una sentencia inapelable, '¡No eres nada!', cuya figurada queda realizada en el 'musulmán' de los campos de concentración"   Belén del Rocío Moreno Cardozo Antes de empezar a explicar lo que acaban de leer, me gustaría comenzar exponiendo la razón por la cual escribo esto. Me he cambiado de casa, así que a raíz de eso he adoptado nuevas rutinas ya que el lugar en donde estoy me lo permite. Puedo pasear a mis mascotas con total tranquilidad porque sé que los vecinos también tienen, por eso mismo no conducen como locos por las calles del fraccionamiento; voy por el periódico cada dos días, sola, hasta la avenida (Uy, gran cosa, para mi padre lo es porque casi no le gusta que vaya así a n

Segunda oportunidad

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Camino contando mis pasos, también mis suspiros y, de vez en cuando, las veces en las que una lágrima sale de mi rostro. No me encuentro tranquila, invento otro pasatiempo para poder dejar de pensar en el pasado, aquel no tan remoto que se la ha estado hostigando durante estas horas. No sólo me molesta a mí, molesta a mis libretas, mi computadora que ya no sabe ni qué mostrarme para atraerme a ella, mi ropa y todo aquello que logra rodearme.  Maldición, tampoco puedo leer en paz.  Sé que hay un asunto que debo de atender, por muy doloroso que sea, debo tener en mis labios una respuesta a todo lo que me está afectando. Debo saber si puedo acostarme en el piso y llorar sin control, o mirar hacia la ventana y escribir otra historia triste que pueda liberarme de las telarañas de mi mente. El caso es que debo dejar salir todo esto de alguna forma.  Pero... ¿En serio no hay más opciones? ¿No he considerado seguir con mi vida y saltar todo el drama?  ¡Ja! Soy yo, por favor.  "

Mi gatito negro

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Caminando sin correa, Sin collar, sin mascada U otra tontería con que la gente Suele adornar a los gatos de casa. Nacido entre las calles, Guiado sin el ton ni son De los lujos de la alta sociedad. Eres tú, mi gatito negro El que camina sin rumbo en esta ciudad sin corazón. Pareces tan elegante, Con tu andar pretencioso Y tus ojitos brillantes. Eres sin duda el velo nocturno En la calamidad de creencias insignificantes. La gente te señala Diciendo que eres un mal augurio andante. Shhh... no les hagas caso, Y sigue caminando con ese aura falminante. Sigue, mi gatito negro, Ellos no saben lo que están diciendo. Eres el niño más lindo y glotón Que haya pisado esta tierra antes. Ignora a las personas que te tiran piedras, Ignora a los niños que te hacen caras feas, Ignora al vecino de enfrente que te patea. Mi niño, ellos no saben que eres el rey de una casa entera. Negro eres, y de bellos ojos verdes. El jade de tu rostro delata lo hermoso, vanidos

Me enloqueces todavía.

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Me queman los deseos de tocarte en secreto, me quema por completo este sentimiento que abruma mis noches al recordarte. Eres el ángel que se convirtió en mi más puro pecado, en mi más codiciado tesoro. Pero yo ya no soy tu pirata, no soy más aquel a quien siempre le hablas en las noches. Ahora mismo debes de estar hablando con el embustero, el estúpido que cree saber de ti. No entiende ni la mitad de las cosas que te gustan, eres una suave rosa tímida de sentimientos, tú no abrirías tu corazón lleno de cicatrices a un imbécil de sonrisa infantil. No logró comprender cómo es que te olvidas de mí, de lo que vivimos y sufrimos en aquellos años de amor sincero y lágrimas de nuestra pena en desvelos. ¿No te acuerdas de nuestras madrugadas, las llamadas y las veces en las que me decías que me adorabas? ¿No recuerdas la vez que te dije que te amo sin rodeos? Te lo repetí tantas veces esa noche hasta que sentí que el alcohol no me dominaba, sino los sentimientos hacia a ti. Esa rabia qu

Un personaje

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¿Han detenido el tiempo estos días? ¿Han mirado con más detenimiento el rostro de las personas que los rodean? ¿Cómo fue que los conocieron? Yo podría contarles la vez que conocí a un compañero, gracias a que me dieron ganas de tocarle la pancita a un extraño. O la vez en que conocí a mi mejor amiga (después de un año de compartir el mismo salón) de una manera algo abrupta y escandalosa. ¡AH! Y cómo olvidar la vez en que por un accidente de oficina, conocí a quien años después sería el mentor de mis poemas.  ¿Pero saben cuáles son las amistades más curiosas y duraderas? Aquellas que crecen en las adversidades, aquellas que sin importar cuántas veces se peleen o cuántas tormentas se presenten, siempre llegan al mismo punto, estando juntos.  Les quiero contar de uno en particular, un pequeño momento en el que me pude dar cuenta que esta persona formaría parte de mis mejores amigos: La maestra no había llegado aún y yo llegué quince minutos tarde.      Estaba sentada al final d