Hacer como si nada hasta producir nada

"La indiferencia ante la matanza en masa fue una novedad de la historia del siglo XX. Una tríada de "como si", plenos de consecuencias, la especifican: 'como si no viera', 'como si no escuchara', 'como si no existiera'... De allí, emerge una sentencia inapelable, '¡No eres nada!', cuya figurada queda realizada en el 'musulmán' de los campos de concentración"  Belén del Rocío Moreno Cardozo



Antes de empezar a explicar lo que acaban de leer, me gustaría comenzar exponiendo la razón por la cual escribo esto.
Me he cambiado de casa, así que a raíz de eso he adoptado nuevas rutinas ya que el lugar en donde estoy me lo permite. Puedo pasear a mis mascotas con total tranquilidad porque sé que los vecinos también tienen, por eso mismo no conducen como locos por las calles del fraccionamiento; voy por el periódico cada dos días, sola, hasta la avenida (Uy, gran cosa, para mi padre lo es porque casi no le gusta que vaya así a ningún lugar) y también voy descalza a la tienda que está a dos casas de la mía. 
No estoy contemplando aquello que le pasó a uno de mis gatitos, fue atropellado por un pendejo de Pemex, quien se creyó "Don Vergas" por tener una camioneta de la compañía... 
Relájate, Jessica. 
En fin, él no era del fraccionamiento así que por eso no lo tomo en cuenta.  
Volviendo al tema, me he dado cuenta en lo irreal que se han convertido mis días, parece como si no sucediera nada a mi alrededor, pero cuando voy por el periódico todo se concentra en aquello que logro leer de los tabloides. 
No quiero que se llegue a mal interpretar mi intención, no soy "Chaira" (hace unos minutos busqué la definición en Google). No porque leí unas cuantas notas ensangrentadas empezaré a insultar al gobierno, la policía o la gente. 
Mi padre me ha enseñado que México necesita jóvenes que se interesen en la política, para que no los tomen por pendejos; pero eso no quiere decir que se conviertan en los suplentes de las ratas mayores o peor, sus lacayos. Así de qué sirve. 
Yo no soy una experta, es más no creo llegar ni a snob. Siempre me ha gustado leer antes de opinar, y hasta eso, aun leyendo lo básico, no me siento segura para debatir. Yo logro rayar en lo indiferente, había escrito algo en mi blog sobre eso.
Mi objetivo con esto es que, al igual que yo, lean un poco, no para atacar o guardarlo para después; es para que al menos si la gente llega a preguntarles, no se queden sin nada qué decir. No busco que el día de mañana todos seamos buenos samaritanos o que donemos el 80% de ganancias a caridad, ni yo soy tan extremista.
Consciencia, con eso me conformo hasta ahora. Si ustedes sienten que pueden hacer algo, adelante, y si no, no os culpo, no es fácil deshacerse del miedo de todo el mundo. 


El fragmento que leyeron forma parte de un artículo de una revista de Psicología "Desde del jardín de Freud", publicado en Diciembre del año 2014. 
Y si se les pasó por la cabeza, si, no hubiera leído esto si no me hubieran dicho que lo hiciera, pero si sirve de algo yo escogí el artículo. (Por favor, no me apedreen) 
Encontré este artículo esculcando en mis cosas y me dije "Encaja perfectamente con el ahora que no puedo dejarlo para el futuro". 
Al final de la explicación, les dejaré el link del artículo completo por si les da curiosidad leer un poco más, sobre el asunto. 
Para mí, esto sigue pasando pero en diferentes escenarios, en diferentes países. Seguimos abrazando el delito imperdonable que le hicieron los alemanes a sus extranjeros, no somos diferentes a ellos. Y me llego a preguntar si esto seguirá los próximos siglos. Quién sabe, no estaré viva para eso; pero mis nietos si (si llego a tenerlos) y creo que estarán un poco decepcionados de mí, si saben que yo estaba enterada de todo esto y seguí haciendo lo mismo, como todos.

Parafraseo:

En el siglo XX, durante la Segunda Guerra Mundial, cuando Hitler movilizó sus tropas para purificar las calles, cometiendo a extranjeros o a personas que no eran de raza aria hizo que se manifestara el mayor acto de indiferencia en la historia. Por supuesto que los alemanes vieron cómo sacaban de sus casas a sus vecinos, amigos; supieron de aquellos profesores, alumnos o compañeros de trabajo que desaparecían, pero no hubo un movimiento de oposición.
La expresión "Como si" se vuelve un conjunto de excusas para darle razón a la indiferencia. 
La primera de ellas: "como si no viera" tiene como sentido la acción de ignorar por completo, al menos en el caso de la purificación en Alemania, los gritos en las calles y la desaparición de las personas. También incluyo la indiferencia de las personas que vivían relativamente cerca de los campos de concentración. Era casi poesía, mientras los niños jugaban en un parque, con sus padres vigilando, los vehículos militares pasaban cerca con grupos de personas golpeadas y sometidas. 
La segunda expresión: "Como si no escuchara" se refiere a la cantidad de rumores y críticas mundiales que en algún momento pasaron los oídos de la comunidad, pero de igual forma no tuvo efecto. Eso no escandalizó a los alemanes, era preferible cambiar la estación de radio y seguir leyendo los boletines motivadores del fürer. Era preferible pretender que no se hablaba en ningún lugar aquel tema, no existía. 
Lo anterior nos lleva a la tercera expresión: "Como si no existiera". El hecho de que la gente siguiera haciendo lo habitual mientras se arrasaba con los "no arios", fue un acto que hablaba por sí solo. Los alemanes debieron pretender que aquel judío que veían de vez en cuando en la semana, nunca existió. 
Entonces si ellos no lo veían, no lo escuchaban y no existía, no era nada. La conclusión "¡No eres nada!" puede referirse a ambos lados del caso, el lado afectado por la indiferencia queda marcado como el vacío y el lado acusador como el ser que ignoró su lado humano sólo para seguir existiendo en su zona de conford.
¿Y a quienes ignoraban? ¿Quienes eran 'nada'?  Las personas que llegaban a los campos para ser explotados hasta llegar a su punto de quiebre, hasta obtener el apodo de "musulmán". 
En los campos de concentración, el término "musulmán" se le daba a aquellos exhaustos y los próximos a la muerte. Eran a los que identificaban para luego ser eliminados.
A ellos se les consideraba "Nada".


Ahora yo les pregunto, en México ¿No hay nada? 


J. Luna


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