Me imagino que lo has de saber

No me daré por vencido, sé que en algún lugar dentro de ti sabe muy bien qué es lo que yo quiero. Si no te han servido mucho mis insinuaciones o aquellas pequeñas pistas que dejaba en cada sueño tuyo, quiero que te enteres. 
Ja, no hay cómo hacerme a un lado.
Lo único que no quiero es que me mal interpretes, ya que la única razón por la que sigo caminando en las calles a la espera de encontrarte es porque aún creo en nuestras promesas. Si, puede que ya no sienta lo mismo que antes, ya no sueño con casarme contigo y tampoco quisiera formar una familia. Pero eso no significa que te he dejado de querer. 
No, no es un capricho. 
Lo que tú querías yo no te lo podía dar y yo no quería lo que tú, con tanto esfuerzo, me dabas. No era suficiente ni para ti ni para mí. 
De hecho, no creo que esté llegando a un lado con lo que quiero decirte. 
Déjame empezar de nuevo...
No eres cualquier persona, no puedo dejarte ir como si fueras sólo una decepción más. Tampoco puedo olvidar en una libreta los buenos momentos que pasamos juntos. Y (esto si es un capricho)  no quiero perder más el contacto contigo. 
Quizá fue una droga lo que me diste, no deseo que el futuro me sorprenda con el hecho de que ya no estas en mi vida da alguna forma. No puedo permitirlo, por más que las estúpidas guías de superación dicen que lo haga, no puedo. 
¿Quién querría estar en este mundo sin el deleite de tu sonrisa? Claro, los que no te han conocido, supongo. 

Creo que la razón por la que escribo esto, querida amiga, es porque ha llegado al fin el día más temido por mi yo inconsciente. El día en el que hemos madurado lo suficiente para decir adiós, sin un rodeo alguno, sin un "tal vez" escondido bajo una sonrisa pícara. Los dos ya tenemos a quien amar, no hay más entre nosotros, nada que diga "Te amo". 
Vaya... Esa palabra tan fuerte que con todo gusto te repetía por las noches, ahora ya no vale nada... al menos para mí, no despierta ese sentimiento que me acompañaba las primeras veces que me confesé ante ti.
Me hace pensar mucho en las cosas que alguna vez hicimos, las bromas a mitad de la noche, esas salidas que eran nuestro momento más esperado del día, las llamadas por teléfono (tu padre y mi madre regañándonos por no dejar de hablar). 
Tantas cosas que simplemente ya no suceden hoy. 
Es otra razón por la que me presento ante ti con esta carta, sólo para poder hacer más dramático este hermoso momento en el que ambos caminamos por lados opuestos, al menos en zig-zag así ya no habrá probabilidad de volver a encontrarnos. 
Lo puedo sentir, sé que ya ha llegado el momento en el que dejaremos nuestros últimos deseos de estar juntos y permitamos entrar a quien más se lo merece.
Si, tú lo tienes a él y yo... pues la tengo a ella. 


Siento que mientras más la conozco, más me hundo en ese torbellino sin fin, el mismo que me topé al encontrarte a ti. Es tan hermosa, graciosa y no sabes lo mucho que me ha hecho soñar estos días en los que me ha faltado levantarme del suelo. Su sonrisa, oh dulce tormento de vidas pasadas... Parece que tiene intensiones de devorarme, me hace acordarme de ti, sin embargo me alegro mucho que no seas tú. Porque, si te viera en su mirada, francamente podría decirte que no la amo; pero no es así. Por eso me alegra.
Me he enamorado por segunda vez en mi vida y me encanta. 
¿Qué es lo que quier entonces cuando tengo todo? 
Te dije que lo dejaría muy en claro, no quiero perder el contacto contigo. 
Todo lo que pasamos, sólo para que al final termine en un "adiós" sin otro "hola". Al menos tengo en claro que quiero mantener en pie una de las muchas promesas que nos hicimos y que yo nunca pude volver realidad. 
Por favor, concédeme el gran honor de al menos saber de ti en la oscuridad, no como un acosador o como el típico fanático que no te deja en paz, sino como un amigo bienvenido a pasar si se lo permites. Porque, al final de todo, eso somos, buenos amigos que llegaron a quererse con toda el alma. 
Eso no es mentira, porque si lo fuera yo no estaría en este momento escribiéndote sólo para asegurarme de que volveré a saber de ti. 
Te quiero mucho, no lo olvides. Y si por alguna razón necesitas ayuda, nunca olvides que yo puedo tenderte una mano. 
Que la vida te trate bien, querida amiga. 

M.A.






(A.k.a. J. Luna)

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