Después del "Tú y yo"

Nota: Nada de lo que escriba en este relato tiene algo que ver conmigo, y cualquier parecido a la realidad es mera coincidencia (Ay si :b)

¿Qué harás ahora?
  Es lo primero que viene a mi cabeza ahora que he sido arrojada a este agujero de olvido. No puedo estar muy segura de lo que viene ahora, porque cada desición que tomaba era siempre referente a él. Vaya, hasta lo que iba a comer tenía que involucrarlo a él. ¿Ahora qué?  ¿Tendré que dedicarle a él las veces que vaya al baño? Debería ¿no? Todo ha terminado, esta parte siempre había sido mi favorita en las películas, porque es cuando la protagonista le dedica toda la mierda del mundo al idiota que se ha ido o...al ángel que ha dejado.
  Entonces he aquí en donde viene mi pregunta. ¿He dejado a un idiota o a un ángel? O debería decir "el amor de mi vida".
¡Tonterías! Sigue con tu vida. ¿Qué importa lo que pasó? Deberías de estar caminando ahora mismo hacia otra dirección, no quedarte estancada en la misma desición. Ya no tiene valor.
  Retraigo mis piernas hacia mi pecho, sólo para poder sentir un poco más de calor. El día está soleado y la primavera apenas está llegando, pero dentro de mí el invierno ha regresado. Y ahora ya no tengo a quién acudir si tengo frío, o a quién hablarle si me he lastimado. Pero lo más extraño de todo esto es que no extraño a la persona que he dejado atrás sino al sentimiento que he decidido abandonar. ¿Eso me hace una persona "mala", "egoista"?Quizás "insensible" sea la palabra correcta, ya que mi conciencia me está gritando desde muy dentro que debería de sentirme mal por lo que he hecho. 
  Abandonar a alguien. Así de fácil es decir adiós para mí porque no me importa en absoluto lo que los demás sientan cuando se trata de jugar con mi corazón. Pero en mi intento de protegerme a mi misma he lastimado a otros. 
  Levanto un poco la mirada hacia la ventana de mi habitación, tuve que correr las cortinas para poder dejar pasar un poco de luz en mi oscuro refugio. Ya hace varios días que no salgo de aquí. Los únicos motivos que me hacen salir de mi pequeño apartamento es la escuela...
 ¡Ya qué! Tengo que terminar mis estudios para poder dar a conocer mi nombre en este mundo hipócrita y desalmado. 
Y mi familia. 
   Pero eso es a sólo unos metros. Cuando tengo la oportunidad de volver a la oscuridad, lo hago. He empezado a practicar monólogos, estoy empezando a hablar conmigo misma. Si un psiquiatra me viera ahora de seguro diría que necesito ir al manicomio, pero si llegara a pasar deverdad no me resistiría sólo con la condición de que me dejaran hojas blancas dónde escribir, plumas de tinta negra, mi celular y audífonos. 
 -El amor es un asco
-jajajajajajajaja Si, claro. No hay quién te crea eso.
-Yo lo creo ¿No es eso suficiente?
-Claro que no, ni tú misma te lo crees. En este momento puedes decir mierda y media del amor pero dentro de una semana o algún mes estarás intoxicada por él. No hay de cómo escapar de esto. Eres un títere.
-¿Un títere? ¿Del amor? ¡Bah!
-Claro que lo eres, así como todos nosotros.
-Pero tú eres yo ¿O sea que da lo mismo?
-Cállate.
-Si, es mejor callar, pero el silencio me hace sentir tan sola así que... ¿Qué más da?
  Reí, por primera vez en estos dos meses, pero no es una risa que se haga con facilidad, es de esas risas que duelen y te derrumban ya que nos sabes porqué lo haces. Pero quieres reír, quieres añorar un poco de felicidad, de aquella que tú misma te has privado. 
¿Qué harás ahora?
 La pregunta volvió a retumbar en mi cabeza, y nuevamente no tengo niguna jodida respuesta para ella. ¿Qué hacer? ¿Qué más puedo hacer? Sonrío pero eso no me satiface, converso con personas pero eso no calma mis ganas de gritar, vivo cada día tal cual pero no puedo evitar sentirme de rodillas, sangrando como los feligreses devotos que recorren todo un largo camino de esa manera hasta su parroquia. Hay tantas cosas que quisiera decir, pero la persona a la que más quisiera hablar no existe, ya que aún no la he encontrado. Muchas otros han querido tomar ese lugar, pero simplemente no pueden porque no les concedo la suficiente confianza para que sepan lo que quiero. ¿Y es que es mi deber hacerlo? Sería más fácil si llegara aquel que sin decirle una palabra ya me conociera y supiera lo que quiero sin preguntar para estar seguro. 
 El "Tú y yo" es una fantasía para mi, como los cuentos de hadas que siempre nos repetían de niñas. Eso me parece tan lejano que ni siquiera estoy segura si yo deseaba ser una princesa como las demás niñas de esa edad. ¿Una princesa lo tiene todo? No, yo no lo creo. 
 Si estuviera en una historia épica yo no sería la princesa, ni tampoco la mejor amiga de la protagonista, sino sería la que aconsejaría al caballero para llegar a una, sería la vil masoquista que ve cómo los sueños de otros se ven cumplidos mientras que yo me quedo estancada en mis nube de filosofía y soledad en penumbras, pero siempre manteniendo una sonrisa engañosa y un alma siempre fiel a una causa: ayudar a otros. 
  Ahora la risa se está apagando, mis manos se están convirtiendo en puños y mis labios en una línea delgada de amargura. He tocado la yaga de mi herida. Por eso no hay un "tú y yo", porque nunca lo he pedido y nunca lo he sabido cuidar. 
  Me levantó del suelo, enojada y desesperada. 
 ¿Qué harás ahora?
¿Qué haré ahora? 
  Mi espejo está a sólo un metro de mí. Y una persona más está del orto lado, ella está tan perdida, tanto como yo, sus ojos están fatigados y así como su corazón. ¿Cómo lo sé? porque ella misma me lo está diciendo. Pero igualmente estoy muy enojada con ella, por dejarse lastimar de esa manera, nadie tuvo la culpa, sólo ella. Es una masoquista sin remedio. 
   Antes de que pudiera controlarme, ya tenía mi puño sobre el vidrio, aquel que no pudo detener el impacto y lo único que hizo fue quebrantarse en mil pedazos. Envidia era la que ahora me consumia, cómo quisiera poder romperme así de fácil y no pelear más con lo que pienso y siento. El ruido de los fragmentos me tranquilizaron, así como la sangre que empecé a ver que recorría mi piel, el dolor me gustaba. Algo del vidrio se había quedado incrustado entre mis dedos, abriendome más las heridas, pero no eran nada comparadas con la que ya tenía mucho antes. ¡Ey! podía decircelo a ella, ella me escucharía...
  Levanté la mirada nuevamente con una sonrisa anticipada, pero la comisura de mis labios no aguantaron estar así por mucho tiempo cuando vieron que yo estaba sola de nuevo. Mi reflejo ya no estaba. Otra vez, había apartado a alguien más de mi lado.

 "Tú y yo" Al parecer no hay nada más que pueda decir al respecto. Sólo que quizas ahora tenga que limpiar todo mi desastre y después... sanar. 
  ¿Qué haré ahora? Bueno...ahora lo sé.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Amor a distancia (Obra de teatro)

La chica de la ventana

El calendario (Poema)