¿Quién es J.Luna?
Empezar a describirme es como
volver a tener que vomitar de nuevo en un ridículo lienzo pintado con colores
llamativos.
¿Cómo es el lienzo? Es de baja estatura, no tiene la suficiente para
poder estar a la misma altura del rostro de un pintor, pero si es el necesario
para poder mirar el panorama que se encuentra detrás de él. Sus ojos y su cabello son de un color marrón
oscuro, tan común como cualquier otro que se encuentra a cada esquina en una
ciudad pequeña. Su tez es apiñonada, o eso es lo que se puede ver a simple
vista ya que la gente suele confundirlo con “morena”. Su complexión es extraña, depende mucho de las perspectivas
vagas o exactas de aquel que se topa con este lienzo: es chica pero cuando
confunden su peso con el verdadero concepto suelen decir que es grande.
La pintura que lo cubre es más fácil de describir, ya que fue puesta ahí
por los recuerdos y vivencias de una persona acongojada e insegura. Colores patéticos que tratan de mostrarte el
lado feliz de las cosas en el campo minado de las ambiciones y los miedos. El
verde, aquel que abriga la mayoría del lienzo, es aquel favorito que intenta
mandar el mensaje de ser alguien alegre, carismático y extrovertido. Pero por
otro lado tenemos a los colores como el
gris, el púrpura y el amarillo, a pesar
de dar una buena combinación con el verde, se ven enmarañados en un ciclo
narcisista e histriónico, que a su vez están empañados con los pequeños
destellos de azul pálido que describen las inseguridades ahogadas en las
apariencias.
En este mismo lienzo también podemos ver
muchos escritos en cursiva que representan la necesidad de escribir y derramar
el carmín de sus heridas en las historias ficticias. No lo escucharas hablar de
ellas, pero si lo podrás leer si es que no logras caer en una de sus muchas
artimañas del síndrome evasivo.
Ahora preguntémonos ¿Por qué querríamos
vomitar de nuevo en este lienzo? Por ser común. Desde hace mucho tiempo, el
lienzo creyó ser único en verdad, sin embargo el conocimiento vino a él en el
momento que empezó a ver muchos otros que lucían y presumían tener los mismos
significados. Eres joven, y todos padecemos lo que tú padeces.
El lienzo es la representación de una
persona, y en esta ocasión se trata de la mía. Mi persona, lo que soy y lo que
pinto día a día en este proyecto de borrones y tachones que no paran de bailar
delante de mis ojos mientras van escapándose de mis dedos. Yo soy eso, y eso soy yo, alguien empedernido
ante las ideas mudas y las letras escandalosas, que se conforma con escuchar
problemas en vez de resolverlos. Algo bueno debe de existir en todo esto ¿no?
Por supuesto, es la ambición y la empatía que suele derramarse de las esquinas
de mi lienzo así como la perseverancia hacia los sueños y metas a corto
plazo.
He aquí, bostezando y terminando esta pequeña descripción de aquello en
lo que estoy pintando.
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