Un mal chiste.
A veces quisiera saber si de
alguna manera logro acertar con ciertos sentimientos. Es como si Jessica Luna
no existiera y en su lugar sólo estuviera una muchacha sin nombre que no hace
más que dudar y hacer preguntas constantes en silencio. ¿Cómo espera obtener
una respuesta si no las dice en voz alta? Pobre ilusa. Apenas y puedo tener
lástima por esa persona que se ve tan patética de rodillas frente a un
sentimiento que es solamente algo vano, algo que nunca pasará a ser más que una
ilusión de las que nunca más volverá a confiar.
Es como estar completamente
tirada en el suelo, admirando la luz de algo prohibido mientras eres aventado
con rencor desde el más profundo pozo de lágrimas y lamentos. Nadie se merece
algo así, pero las personas malas no son juzgadas por lo que piensan sino por
lo que hicieron. Yo hice cosas malas, cosas de las que los corazones nobles aún
se acuerdan.
Si, me recuerdan con rencor. Se
acuerdan de esa muchacha pequeña que logró despedazarles el corazón con unas
simples palabras. Soy una maldita perra que se arrastra por los suelos con las
patas rotas y una sonrisa burlona en el
rostro, soy la que no puede parar de reír mientras está sufriendo. Es la que le
gusta vivir del dolor de los demás por que la hace sentir muy importante. Soy
de las personas que gozan ver sufrir a otras por nuestra atención.
Si, esa soy
yo. Y lo peor de todo es que no me arrepiento de estarlo escribiendo.
No encuentro otra manera de poder
decir lo que en verdad siento más que escribir. Pero admitamos que al mundo le
gusta demasiado ver sufrir a muchas personas. Y entre ellas estoy yo. ¿No es
genial? Es tan exquisito saber sobre el sufrimiento de una desgraciada.
Ahora estoy pagando todos mis
descaros con un hombre que es igual que yo. La ironía está abrumando mi vida,
como si no pudiera hacer más que admirar algo que no atreve a abrirse a un
nuevo mundo. Esa soy yo. El capullo cerrado, aquel que espera a ver si el otro
empieza a abrirse mientras no encuentro otra cosa que hacer que esperar. No
está mal hasta cierto punto, pero yo me estoy muriendo por dentro porque siento
que no hay nada más que falsas esperanzas aquellas que no pueden ser curadas
por simples palabras.
Soy sólo un mal chiste que no quiere ser tomado.
Ahora ¿Qué sigue?
No tengo ni la menor idea. Estoy totalmente desorientada. No
tengo nada más que esperar. No soy nada. Y como dije antes:
“Yo quiero ser todo pero no paso de ser nada”.
La vida es un mal chiste.
ResponderEliminar