Miguel Ángel (Poema)

En las noches suspiro tu regreso,
en las mañanas es tu despedida.
Yo sé que es enfermo,
pero así han sido mis días.

Te espero sentada en mi cama, 
aguardando entre lágrimas y risas,
esas palabras tuyas 
que siempre me tranquilizan. 

Pero cuando cruzas esa puerta, 
que es la entrada a nuestros secretos,
te encuentro escupiendo fuego
y sangrando sin herida. 

"Eres una estúpida",
me dices sin tu mirada,
"Y una cobarde",
te respondí apagando mi sonrisa.

Te sientas en frente 
y me lanzas el veneno de tus ojos
que penetran mi piel
y tatúan tus abrojos. 

"Confieso que te engañado, 
pero no con caricias y besos baratos.
Sino con el sentimiento
de un amor que no tiene silencio."

Ahora con el corazón hirviendo,
te acercas para pedirme un beso
pero el descaro de tu aliento
se queda en el aire, en suspenso.

Mis palabras congeladas se quedaron,
intentando darle sentido a lo que he declarado.
"Confieso que he prendido fuego
a un simple anhelo"

Confundido te habías acercado 
sólo para comprobar si seguía ahí.
Pero fui yo la que se alejó
cuando podía fingir,

Mi mano llena de tinta queda 
con las mentiras y el dolor que 
siempre se recuerda.
"Eso es lo que quisieras..."

"-Ya lo sabía, 
pero quería una mentira,
para drogarme nuevamente 
con esa fantasía."

"-Entonces ya no me busques,
no ha quedado nada para aferrarse.
Quiero que te vayas de esta casa
y no vuelvas, aun si me extrañas."

Siento tus manos sobre mi cara,
acercando tus labios a mi frente
y mencionando las siguientes palabras:

"-Tú me tienes atrapado, 
no puedo marcharme si no estas a mi lado.
Quiero confesar ahora lo que he venido
a decir desde que te vi.

No importa si viene otro amor,
yo siempre me he quedado aquí.
Platicando contigo, 
caminando aun entre vidrios. 

No más versos, no más abrojos,
bien sabes que yo siempre
he estado a tu lado."

Furiosa, me aparté de las sábanas,
y canté lo último a decir:

"No se puede querer a algo que no existe,
tú eres el hombre que inventé,
el que de verdades inundaría su mente,
y que de sus labios yo me volvería dependiente.

Miguel Ángel,
así te llamé al momento de verte,
al momento de imaginarte.
Tú eres el anhelo que debe quedarse
en aquel pasado que ya debo dejar."

Fue el suspiro de un muerto,
aquel que ahora se abrazaba del frío,
el causante del silencio 
que en penumbra me estremeció.

Y cuando quise volver a ver sus ojos,
él desapareció. 

J.Luna

















Comentarios

Entradas populares de este blog

Amor a distancia (Obra de teatro)

La chica de la ventana

El calendario (Poema)